Salvemos la educación y la innovación primero

Santa Cruz de Tenerife. Febrero de 2013. Una mujer de 28 años, acompañada de su hijo de 2, se desmaya en plena calle. La mujer lleva dos días sin comer. Carece de recursos económicos y, lo poco que consigue, se lo da al pequeño. Es llevada al hospital por la Policía, que la encuentra tirada en la calle junto al niño.

No quiero frivolizar con esta noticia. Estará pasando casi a diario. Vaya por delante que, probablemente, yo haría lo mismo. Si estuviera pasando una situación tan adversa, daría lo poco que pudiera conseguir a mi hijo. Por tanto, no la critico. Pero siendo objetivos, es una decisión desacertada. Puede suceder lo que sucedió o, peor aún, la madre podría haber muerto.

Al margen de las implicaciones sociales de la misma, esta noticia debe hacernos reflexionar sobre las prioridades y las decisiones en momentos de crisis.

Algunos derechos reservados por Cult Gigolo (Flickr)
Algunos derechos reservados por Cult Gigolo (Flickr)

Otro ejemplo. En los aviones, antes de despegar, la azafata nos recuerda que, en caso de accidente, nos pongamos las mascarillas nosotros primero, y después ayudemos a niños pequeños y ancianos. Nuevamente, pese a que viajo con cierta frecuencia, siempre he pensado que, en tal situación, mi instinto paternal trataría de salvar primero a mi hijo antes que a mí mismo. Pero nuevamente no es lo mejor que podría hacer por él: si no me salvo yo, no puedo ayudar al otro.

Y, todo esto, ¿por qué?

Uno tiene la buena costumbre de leer a Xavier Ferras y su blog Innovación 6.0. Y, como de costumbre, Xavier lo clava en la entrada de esta semana, Competitividad nacional, trabajo en equipo.

En su artículo (totalmente recomendable) Xavier muestra su preocupación sobre cómo está cayendo la innovación en tiempos de crisis, en particular, los esfuerzos que se hacen a nivel regional. Mucho se está hablando últimamente sobre la necesidad de preservar la educación y la innovación como la única receta para salir de la crisis (y no volver a caer en los mismos errores). Observese la cursiva en hablando, porque hablarse, se habla. Pero haciendo

Se están haciendo esfuerzos económicos en salvar determinados sectores industriales. Se aportan inyecciones de dinero pero no se dota a la industria y los sectores de servicios, ni a los ciudadanos, de las herramientas necesarias para que innoven, incluyendo una formación efectiva. Formación que debería encauzarse ya desde la educación en la escuela, y que debería dar resultados visibles en el medio plazo. Y, en vez de eso, recortamos en medios: en innovación y en educación. Peor aún, ni siquiera modernizamos la enseñanza para que forme personas en el siglo XXI, sino que damos un pasito atrás (por endulzar un poco las cosas). Es decir, queremos salvar al desprotegido en vez de aseguraros primero de que el sistema no se desmorone.  

Innovación y educación deberían estar llamadas a proporcionar a la economía de un país el oxígeno y el alimento que precisan. Sé que es difícil. Sé que las cosas no son blancas o negras, y que las ayudas a corto plazo son muchas veces necesarias (y, eso, cuando llegan). Pero tampoco podemos adoptar los recortes como estrategia para salir de la crisis y labrar nuestro futuro. Si lo hacemos así, corremos el serio riesgo de que el sistema entero desfallezca. Y nosotros con él.

 Traigo aquí de nuevo la cita de Barak Obama que ya expuse en el artículo En defensa de la innovación y la educación:

Reducir el déficit destripando las inversiones en innovación y educación es como aligerar un avión sobrecargado eliminando su motor. En un primer momento puede que te sientas como si estuvieras volando alto, pero no pasará mucho tiempo antes de sentirse el impacto — Barack Obama

Gracias por tu tiempo y por comentar. Te espero en la próxima entrada.

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3 comentarios

  1. Buenos días Ángel,

    esta cita que pones de Obama, la verdad es que tiene mucha lógica que la haya dicho él. Es nacional de un país donde se ha priorizado mucho por lo menos la innovación.
    En España todo lo que sea innovación, investigación, suena raro. Como los que tienen que innovar tienen que leer mucho, la conclusión de mucha gente es que no trabajan. A mí me parece que es una mentalidad que impregna todo.

    Otra cosa es la educación porque todos hemos estado años dentro del sistema educativo y a todos nos suena.

    Pero, ¿no te parece que hablar de ciertas cosas con mucha gente es como hablar en chino? Entre otras de lo que comentas en esta entrada y en muchas otras del blog.

    Saludos 🙂

    1. Gracias Carolina!

      Es que aquí no nos hemos dado cuenta de aquello de «si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo». Y en otros países sí (no solo USA).

      Gracias por comentar!

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