Al principio de mi carrera profesional, como ingeniero junior, me preguntaba en qué consistía realmente, qué dificultades entrañaba, la jefatura de proyecto. Más adelante, cuando empecé como Jefe de Proyecto, la pregunta lógica y natural que me surgió fue si mi equipo entendía el valor que yo aportaba al proyecto. Claro que, al mismo tiempo, me preguntaba qué valor aportaba mi jefe 🙂
La cuestión es recurrente. Cada vez que he ascendido a puestos de mayor responsabilidad, la pregunta surge de nuevo. Tendemos a minusvalorar el trabajo de las personas que jerárquicamente están por encima (¡y a quien incluso por debajo!) de nosotros en la organización. Minusvalorar por no entender. Hasta que nos toca a nosotros ocupar ese puesto. Y es sencillo, si te preocupas un poco, conocer las atribuciones de cada cargo. Ser mejor o peor en un puesto de dirección depende en gran medida de lo bien o mal que cumplas con esas atribuciones. Pero los que realmente marcan la diferencia no lo son por hacer buenas planificaciones o conseguir muchos contratos. Los dirigentes que marcan la diferencia respecto al resto son auténticos líderes que consiguen sacar lo mejor de sus equipos, apasionar, involucrar, motivar.
Sin duda el paradigma de esto es la dirección de una orquesta. Aparentemente el director no hace nada más allá de mover la batuta. Sin embargo no todos los directores musicales logran los mismos resultados, ni con los mismos intérpretes de la misma orquesta. Debe ser algo más allá que establecer tiempos y ritmos, Que dar la cara frente al público.
Gracias a la videopíldora ¿Qué es dirigir? por Manuel Isasa,de Ayanet Organización Industrial (muy recomendable), llego al siguiente vídeo en el que el famosísimo director de orquesta Riccardo Muti expone esta misma cuestión. En su caso, en el discurso de agradecimientos por la concesión de un premio, reflexiona sobre qué hace él exactamente. Los interpretes, tocan los instrumentos. Los compositores, componen. ¿Y el director? El director saca los mejores sentimientos de la orquesta. Como dice Muti en el vídeo, cualquiera puede marcar los tiempos pero no todo el mundo puede hacer música. Y eso es la dirección.
¡No os perdáis el vídeo! ¡Es divertidísimo! Está en inglés pero se entiende perfectamente.
Y, por supuesto, agradecer a Manuel Isasa (y Ayanet) por la recomendación de este vídeo, cuyo mensaje comenta también en su videopíldora.
Fotografía de portada por Universidad de Deusto en Flickr. Algunos derechos reservados por el autor.
Hola Ángel,
mi comentario va desde la óptica de quienes nunca hemos ascendido, más bien lo contrario. Ahora que hablas de esto, qué poca gente conozco que haya ascendido. Como no estés en una empresa grande y como Dios manda, qué difícil es llegar a un ascenso. Incluso a veces contratan de fuera a gente para que sean jefes.
Pienso que el ver el valor que aportan los jefes depende de ellos, de los que tienen por abajo y de la cultura empresarial. Los empleados no valorarán a los jefes si estos van de divos y raritos, y si la empresa es muy piramidal y el dueño pasa por tu lado sin mirarte ni saludarte. Parece una visión demasiado simple pero visto lo visto hay empresas y jefes que se acercan a esto.
Ver lo que realmente hace el jefe no lo veo tan sencillo en el día a día. Yo recuerdo que hablaban mucho por teléfono, que tenían muchas reuniones mientras los demás estábamos inmersos en la producción pura y dura. Es un trabajo tan distinto del de los “curritos de base” que nos preguntábamos: “¿Pero este qué hace exactamente?”
De todos modos, algo que tanto mis compañeros como yo veíamos es que, vale, cobraban más, pero no tenían un día a día fácil. En las reuniones de departamento algo salía de las conversaciones de nuestro jefe como mando intermedio con sus superiores y la verdad es que no nos quedaban ganas de estar en su lugar.
Como muchas cosas en esta vida, siempre tiene que haber sentimientos mutuos. Tú valoras al jefe y el jefe te valora a ti. Más bien es este último el que debe demostrar que valora y confía en el equipo. Yo nunca he sido jefa pero algo he tratado con personas, a veces personas difíciles. Y si las tomas en serio, confías en ellas y las valoras, suelen responder. Si te ríes de ellas, no.
Como dice Ricardo Muti, vamos a terminar con un aplauso, para él y para ti.
Saludos 🙂
Gracias Carolina!
No hace falta haber tenido ascensos profesionales. Incluso en nuestras vidas personales nos pasa: ahora que tengo hijos entiendo muchos de los comportamientos de mis padres. Sí, no es una relación jerárquica, pero sí de responsabilidades.
Sobre si se debe contratar desde fuera o promocionar internamente, es un tema peliagudo. Depende esencialmente de la propia empresa y su contexto actual. Hay empresas con una cultura de promoción interna y otras que apuestan más por la «sangre fresca». Yo creo que lo ideal es una mezcla de ambas, sobre todo para determinados puestos.
Saludos,
Ángel